Talk to me you'll understand

Ross From Friends.

A mí me desconecta completamente esta música que es no más que ruido en mucha sincronía caótica. Lo interesante radica en la composición de su contenido, que es más que la sensación que se percibe por fuera, sino también lo que está incrustado y es invisible. No digo que sea exclusivo de estos ruidos raros, pero acá hay elementos que me gustan más: La máquina que los crea, el artista que la ejecuta.

Pensar en los dispositivos que reproducen por primera vez estas sinfines esquinas me motiva. Imaginen por un momento en que cada golpe los cobres y silicios por dentro dan un festín instantáneo que se nos escapa a la vista. A mí más bien pocos recuerdos me trae, porque se me ha amplificado la misma colección de música a muchos menesteres, pero por lo menos uno no puede ser infeliz con esto, así que malos no son.

Recuerdos me trae más bien otras músicas que también de ruidos son más específicas, estas no. Estas son más como un depósito de suministros ahí en el fondo esperando. Más pero sin embargo: La plastilina moldeable que son estos loops con una o dos frases es precisamente su encanto. No puedo contar ya cuantos enredos emocionales le he echado a ese fuego de música, y se olvidan, porque son más bien pasajeros.

Sé por otra parte que no es un fénix en un laberinto esperando a salir, sus cenizas se van y no regresan, porque se superpone la emoción de un recuerdo. Y que poco le caben a estas. Lo único es que ya son tan cotidianas que aún cuando intento gritar no se me oye, o quizás no me entienden. De ahí que se necesiten títulos tan largos y específicos: Talk to me, you'll understand. Pero en serio, hazlo, sencillo ¿no?

Se me desconecta la conciencia cuando se reproducen, mi mente está en la realidad de lo que sí pasa y no me acompaña, pero de alguna forma están. Esta está más cerca de un simple espacio explorado, de un ritmo acostumbrado. No me sorprende, ni me lastima, ni nada, que buena música porque es amable, pocas lo son conmigo ya.