Subwoofer Lullaby
Dame otro respiro, lleva este velero de vuelta al lugar donde nada de esto ha pasado, donde aún no te he conocido, donde aún no sufro nada de esto.
.ZIP
DrThorium
4/27/2025
A mí esta canción de cuna me recuerda a un espacio así, alto y vacío, una entrada que daba a un jardín sin caminos. Dentro había un pequeño lugar algo decorado, y cada ciertos pasos, una maceta con un sapling en medio. Algunos otros, más al fondo, troncos ya completos. De ahí, un puro silencio sepulcral; no había nadie más sino yo, y el ritmo inolvidable de los bloques rompiéndose.
A mí esta canción de cuna me recuerda a una planicie nevada, un pollo molestando y un lobo al fondo, en un abeto acompañado. Una cabaña de madera mal combinada, una puerta sencilla y, más bien, pocas ventanas. Me recuerda al cielo estrellado moviéndose con apuro y a esa luz tenue, extraña, en el brillo del suelo blanco.
Pero más importante aún, esta canción de cuna me recuerda todo lo que no ha pasado. Un punto de guardado distante y remoto; ir allí es también olvidar el futuro, volver a una inocencia que extraño. Me regresa al tiempo en que todo era más tranquilo, con pocos miedos y sin rencores.
La vida ha seguido andando y no me ha permitido vivir con la misma pausa y calma que cortaba esos robles. En cambio, me ha arrojado en una ladera muy resbalosa, inagarrable. Poner esa canción de cuna otra vez me arrulla, otra vez me da una cueva y una luz.
Ojalá más personas sientan lo que yo, no por el deseo de una pandemia de nostalgia agónica, sino por el dulce recibimiento de un susurro a la paz. Y es que, con esta vida tan dolida, tan bélica y tan rápida, yo quisiera estar encerrado y en silencio, cortando madera en ese cuarto grande, con una entrada al aire libre sin caminos, blanquecina como de abedul, larga y luminosa.
Yo ya he perdonado muchas veces a mi creador, porque entre tantas cosas, me ha dejado al menos un suspiro de hachas que nunca he tocado y nieves que nunca he respirado.